Breve historia del trompo en México.

Más que un simple juguete de forma cónica con punta afilada, el trompo es un pasatiempo competitivo que se práctica en las calles, parques o patios. Los jugadores compiten entre sí para ver quien puede hacerlo girar más tiempo, dominarlo con los mejores trucos a base de latigazos o derribar otros trompos oponentes.

Este aspecto competitivo y la práctica en entornos callejeros lo convierten en una forma de deporte que reúne a chicos y grandes, creando una comunidad.

Inclusive se realizan campeonatos anuales y múltiples eventos donde participan deportistas profesionales en el juego.

Para ser jugador del trompo se requiere tener habilidades físicas como coordinación mano-ojo, destreza manual, control motor y equilibrio, estas características son similares a las que se requieren en otros deportes.

El trompo o peonza como se le llama en gran parte de América Latina no tiene una fecha certera de llegada, pero se cree fue introducido junto con otros juguetes europeos durante el periodo de la conquista. Una vez en México se adoptó como una tradición y sigue viva hasta nuestros días.

Los primeros trompos fueron elaborados a base de madera de guayabo o mezquite con punta de clavo, se dice que los niños tallaban sus propios trompos a partir de un clavo de hierro sin cabeza, con punta afilada.

En 1963 se introdujeron los primeros trompos de plástico en México bajo el sello Plastic Marx y fueron muy promovidos en el programa de televisión de Chabelo.

En 1975 la marca Ducan trajo otra oleada de trompos de plástico.

En 1986 la marca Premier crea una escuela de deportistas que demostraban el uso de los trompos y que además competirían con otra empresa llama 5 estrellas creadora de los trompos Azteca.

Para los 90s la marca Ducan empieza a decaer mientras tomaban más fuerza la marca Premier y 5 estrellas que sacaron diseños atractivos uno de ellos el holotrompo que brillaba con la luz del sol.

Los modelos más actuales ya tienen un diseño más pulido y muchos presentan punta de neopreno para evitar daños.

Sin embargo, por esos años llega una empresa mexicana con nuevos diseños llamada Cometa que introduce al mercado los modelos diamante y el modelo cobra, que serían muy populares en esos años, al día de hoy esta empresa mexicana sigue operando y tiene un gran prestigio nacional e internacional.